LA CULTURA
PASTO
La cultura pasto se origina en el Carchi e Ipiales sus límites eran el rió chota en Ecuador y el río guaítara en Colombia. La palabra pastuso proviene del idioma Chaima Caribe que significa Hombre de tierra fría que es un gentilicio propio de la cultura que habitó en ésta zona. Habitaban en pequeñas casa construidas de barro en forma circular llamadas bohíos, hoy en la actualidad se caracterizan por las cerámicas encontradas bajo tierra.
La cultura pasto se origina en el Carchi e Ipiales sus límites eran el rió chota en Ecuador y el río guaítara en Colombia. La palabra pastuso proviene del idioma Chaima Caribe que significa Hombre de tierra fría que es un gentilicio propio de la cultura que habitó en ésta zona. Habitaban en pequeñas casa construidas de barro en forma circular llamadas bohíos, hoy en la actualidad se caracterizan por las cerámicas encontradas bajo tierra.
Tenían su propio idioma, y
se dice que tiene sus orígenes en la cultura maya en México.
Tenían vínculos con gentes
de la costa, de la que obtenían caracoles marinos y cuentas para hacer
collares. Es famoso el caracol “Spondilus”, muy común en las tumbas.
Si bien no se
han encontrado tumbas propias del periodo de oro, pero los restos
arqueológicos demuestran una fuerte interrelación comercial, ya que esta región
era muy rica en minas de oro y plata, no de otra gran cantidad de metales
preciosos por parte de los miembros del grupo en mención.
Hombres aguerridos, hábiles
moldeaban el oro, barro, tumbaga, piedras, entre otros.
Los colores representativos
de la cultura pasto fueron: negro, café, rojo, ocre especialmente por el color
del barro o aplicación de ciertos engobes
En lítica hay numerosos
objetos de piedra en forma de amuletos y pendientes, hechas de piedra, ganchos
de atlat y una gran cantidad de objetos de obsidiana, producto de un
intenso comercio con poblaciones circunvecinas.
En 1965, en el sitio
Quincaquer, cercano a Tulcán, se efectuó una gran excavación en la cual se
obtuvieron aproximadamente 350 ceramios que contenían platos hemisféricos,
collas de silueta compuesta, compoteras de base anular, globulares trípodes de
pies cilíndricos sólidos, etc.
Los entierros se los hacía
por jerarquías, las personas de mayores recursos generalmente
los caciques, se los enterraba a mayor profundidad, generalmente de 5 a 8
metros, mientra que los de menor jerarquía se los enterraba a una profundidad
de 1 a 2 metros.
VIVIENDA
Su vivienda era en forma de “Bohíos” de veinte a ochenta bohíos constituían un pequeño pueblo, su apariencia desorganizada sin trazo de calles, casas echas de tierra apisonada en forma circular y su techo en forma cónica cubiertas de paja, con una sola entrada.
IDIOMA
Respecto al idioma que fue hablado por ésta cultura, el asunto no es sencillo, por cuanto habrá que hacerse una serie de consideraciones que merecerían un tratado aparte por lo largo y difícil del tema, sin embargo haremos algunos pronunciamientos con el objetivo de orientar el criterio que sobre este aspecto existe en la actual provincia.
Huellas de la cultura Pasto en el Carchi
La región en la que se encuentra el actual cantón de Carchi fue ocupada por la cultura Pasto.
Monumentos, plazas, parques e incluso la manera de administrar el cantón Espejo mantienen una huella de la cultura Pasto.
Desde la Hoya del Guayllabamba, en Pichincha, hasta la ciudad de Pasto, en Colombia, grupos humanos se asentaron y encontraron en estas tierras su hogar.
Los primeros pobladores fueron prácticamente dueños de la información proveniente de la flora, fauna, topografía y el cosmos que les rodea, que empezaron a plasmar en barro, piedra y metales, fruto de su filosofía o cosmovisión.
En Carchi, según algunos historiadores, Espejo es considerado el cantón del norte del país con mayor historia y bienes patrimoniales. Aún existen tradiciones culturales milenarias de su producción sagrada, inspirada en páramos, bosques y cordilleras.
La botijuela
Otro de los aspectos que se ha intentado rescatar de la cultura Pasto, en el cantón Espejo, y que aún se mantiene, son las botijuelas (cerámicas que son un símbolo cultural).
“Son parte de nuestra identidad, con esta incentivamos a nuestros participantes en las fiestas. Las tenemos en el museo, incluso en un monumento al ingreso a la ciudad”, explica el Alcalde de Espejo.
En los eventos festivos se usa una réplica de las botijuelas, en las cuales el tipo de pintura es exacto al de los antepasados.
“La cultura de las botijuelas se caracteriza por ser una de las artesanías de mayor desarrollo de los Pastos.
Manejaron tres colores: negro, blanco y rojo”, informa Carrera.
En épocas antiguas eran usadas con dos significados: primero como un utensilio doméstico, donde fermentaban la chicha, o para guardar líquidos; y, segundo, otro tipo de botijuela, con cuello más estrecho, servía para actos ceremoniales en la danza de la minga.
Casas del Carchi plasman imágenes de los pastos
Plasmar la iconografía ancestral del pueblo pasto fue el objetivo que llevó al artista plástico Marcelo Hernández a pintar algunas casas.
En varias viviendas de siete poblaciones de los cantones El Ángel, Espejo, Huaca y San Gabriel, de la provincia de Carchi, se pueden observar los símbolos que representan a este grupo social.
Según información del Ministerio de Cultura y Patrimonio, Hernández y su equipo son beneficiarios de los Fondos Concursables de esta entidad, recursos otorgados a su proyecto Influencia de los antepasados pastos en los pinceles de hoy.
Las figuras que representa en las viviendas son obtenidas de las cerámicas arqueológicas de los pastos (animales, plantas y danzantes); según el artista plástico, son perfectas porque son de fácil comprensión y muy claras en lo que quieren expresar.